jueves, 26 de marzo de 2015

LA ILIADA


"La Ilíada muestra una sorprendente obstinación a buscar, sea como sea, una lógica de los acontecimientos que tenga al hombre como último artífice. Si se elimina consecuentemente a esos dioses del texto, lo que queda no es tanto un mundo huérfano e inexplicable cuanto una historia humanística en la que los hombres viven su propio destino como podrían leer un lenguaje cifrado cuyo código conocen, casi en su totalidad"

La Ilíada es la producción textual más antigua de la humanidad, encontrada en Grecia, algunos afirman que es la recopilación de la tradición oral griega, en la que se narra la guerra que se desató a partir de la invasión de Troya. 

"Durante milenios la guerra ha sido, para los hombres, la circunstancia en que la intensidad -la belleza- de la vida se desencadenaban en toda su potencia y verdad. Era casi la única posibilidad para cambiar el propio destino, para encontrar la verdad de uno mismo" 

Fue escrita por Homero ( del cual se conoce muy poco), quien incluyo como personajes antiguos dioses de la Mitología Griega, los cuales influían en el actuar y pensar de los humanos; siendo una crítica en contra de las divinidades de dicha mitología por ser seres tan carnales e imperfectos, también se presenta la exaltación del héroe antiguo quien era un hombre que había ido a la guerra y al cual se le atribuía acciones heroicas,además se caracterizaban por ser valientes pero crueles, vengativos y codiciosos.
Este libro muestra que en realidad los pensamientos y actitudes de los seres humanos no han cambiado a través de la historia, seguimos siendo seres individualistas, egoístas que actúan por instinto, pasión y no por razón. 
En conclusión, las grandes pasiones del hombre residen en la vida misma. La tradición homérica y éste -no por lejano en el tiempo- resulta poco vigente. Todo lo contrario, la permanencia del pensamiento homérico es indiscutible en este siglo XXI no sólo en las obras que lo han intertextualizado, sino también en la existencia de los hombres, en sus excesos, en sus búsquedas, en sus matizados equilibrios. El ser humano de hoy tiene otras consignas probablemente menos heroicas que las de ayer, pero igual se entrega, igual sufre y se desgasta al preguntarse si hay destino que lo guía y mortifica o si está solo en este universo aferrado también a él, a el anhelo que nunca lo abandona. El hombre es incansable en su empeño de vivir y buscar la felicidad a pesar de todos los obstáculos que su destino le impone.


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